En el día de hoy nos ha podido la nostalgia. Traemos al que esperemos que sea un hogar definitivo una de las primeras producciones elaborada por dos usuarios de esta comunidad y miembros fundadores de esta compañía. Nos referimos al ensayo titulado De Guardias Reales, rebeliones, bastardos y otras cosas. No se trata de rememorar viejos tiempos, sino de tener aquí algo que a pesar de sus defectos se hizo con todo el cariño posible.

En su momento, esta teoría provocó cierto revuelo y también algunas incomprensiones. Nuestro objetivo al decidir el estilo de la narración era ofrecer otro punto de vista sugerente e impactante con el que remover algunas cosas que ya se habían dado como canónicas. Sin embargo, esta decisión se volvió en contra del propio ensayo al renunciar a una exposición algo más clara que permitiera al lector entender bien nuestra propuesta. Por este motivo queremos realizar un pequeño comentario antes de reproducir el ensayo.

Primero, aunque intentamos dejar claro que la Guardia Real de Aerys debía obedecerle a él, fue habitual que el lector entendiera que todas las guardias reales obedecían exclusivamente al rey en vez de a otros miembros de la familia real. Sin embargo, nuestra pretensión era reflejar que dadas la situación del rey, quien pensaba que toda su familia le traicionaba, y la potestad última sobre la guardia, como así lo explicita Barristan, lo lógico sería que este la atara en corto para que le obedeciera solo a él.

Otro punto de conflicto surgió con las intenciones de Rhaegar en Harrenhal. Hicimos una pequeña alusión a las mismas pero, en cualquier caso, estas quedan fuera del propósito del ensayo. Es decir, desde nuestro punto de vista, lo importante son las intenciones que Aerys le atribuyó a su hijo, fueran estas las que fueran en realidad. De este modo, para nosotros es completamente irrelevante el significado verdadero de la entrega de la corona de flores a Lyanna por parte de Rhaegar.

El último problema surgió al tratar de encontrar un lugar y momento para que el Rey Loco violara a Lyanna. De nuevo, nos pudo más el tratar de romper con lo establecido que el cimentar adecuadamente nuestra posición. Creímos que cerrar con Aerys sería lo más potente que podríamos hacer, pero en realidad nuestra propuesta alcanzaba su meta al excluir a Rhaegar del secuestro de Lyanna, que era el objetivo último de nuestra hipótesis, como indicamos ya en la propia introducción del ensayo.


De guardias reales, rebeliones, bastardos y otras cosas

— Aerys II & Victarion Nieveslargos —


¿Quién será realmente Aegon VI? ¿Murió Ashara Dayne? ¿Se cumplirán las profecías? ¿Habrá criado Tywin a algún hijo del Rey Loco? ¿Quién fue el Caballero del Árbol Sonriente? ¿Quiénes serán la Arpía y el Senescal Perfumado? ¿Es el propio Theon el fantasma de Invernalia? ¿Conocemos ya la espada que será Dueña de Luz? ¿Qué o quiénes son los Otros? ¿Quién será Manosfrías? ¿Será el cuerno que Sam conserva el de Joramun?

Estas son algunas de las preguntas que podemos aducir a la hora de decir por qué Canción de Hielo y Fuego es una de las sagas más intrigantes de las últimas décadas. Pocos de los enigmas que nos plantea tienen, cinco libros después, solución todavía. Sin embargo, buena parte de los fans de las novelas están convencidos de que una teoría, posiblemente una de las más importantes de la saga, ha sido desvelada por completo: aquella que nos dice que Rhaegar, loco de amor, enloquecido por la profecía o por otra razón; decidió secuestrar a Lyanna, mantenerla a salvo bajo la protección del Lord Comandante de la Guardia Real y dos espadas blancas más en la Torre de la Alegría y desatar así la ruina de la Casa Targaryen y cambiar la historia de Poniente para siempre con la Rebelión de Robert.

Se trata, sin duda, de una de las teorías más sólidas que encontramos en la saga. El número de pistas e indicios es abundante, tan abundante que nos parece demasiado sospechoso; por lo que estamos decididos a revolver lo que sabemos sobre dos puntos cruciales:

  • Describiremos a fondo la naturaleza de la Guardia Real durante el reinado de Aerys II.
  • Pondremos sobre la mesa otros indicios que también aparecen en los libros para señalar un nuevo culpable del secuestro de Lyanna Stark.

En definitiva, ofreceremos una nueva interpretación, coherente y lógica bajo nuestro criterio, con la que llegar a nuevos puntos de vista y conclusiones con vuestra colaboración. Porque de eso trata todo esto.

Desmontando la Guardia Real

White as snow red as blood, por Leonard Delebecq

Volvió a tener el mismo sueño de hacía tiempo, el de los tres caballeros con capas blancas, la torre caída y Lyanna en su lecho de sangre. Eran siete, y se enfrentaban a tres. En el sueño, tal como había sucedido en la realidad. Pero no eran tres jinetes cualesquiera. Habían estado esperando ante la torre redonda, con las montañas rojizas de Dorne a sus espaldas, las capas blancas ondeando al viento. Y no eran sombras; sus rostros seguían siendo claros pese al tiempo.
Ser Arthur Dayne, la Espada del Amanecer, con una sonrisa triste en los labios. La empuñadura de su mandoble, Albor, le asomaba por encima del hombro derecho. Ser Oswell Whent tenía una rodilla hincada en el suelo y afilaba su hoja con una piedra de amolar. En su yelmo blanco, el murciélago que era el emblema de su casa desplegaba las alas negras. Entre ellos se encontraba el torvo ser Gerold Hightower, el Toro Blanco, Lord Comandante de la Guardia Real.

juego de tronos, eddard x

 

La hipótesis tradicional sostiene que estos tres caballeros estaban allí por mandato de Rhaegar. Esto nunca nos ha terminado de cuadrar porque, primero, tal información nunca se muestra explícita en los libros y porque, segundo, es posible demostrar gracias a dos guardias reales del propio Aerys —Jaime y Barristan— que la Guardia Real obedece al rey y no al príncipe:

El cometido principal de la Guardia Real consistía en proteger al rey de cualquier daño o amenaza. Los caballeros blancos también juraban obedecer las órdenes del rey, guardar sus secretos, aconsejarlo cuando se lo pidiera y guardar silencio cuando no, cumplir su voluntad y defender su nombre y su honor. En rigor, era el rey quien decidía si la Guardia Real debía proteger también a otras personas, incluso las de sangre real.
Algunos reyes consideraban adecuado enviar a la guardia a servir y defender a sus esposas, hijos, hermanos, tíos y primos más cercanos o menos, y a veces incluso a sus amantes, concubinas y bastardos; otros preferían utilizar a sus caballeros y soldados para tal propósito, y mantener a los Siete como guardia personal, siempre a su lado.

danza de dragones, el guardia de la reina

Sin embargo, para un caballero de la Guardia Real, la batalla no conocía fin; las amenazas llegaban de todas partes y de ninguna, en cualquier momento del día o de la noche, y no había trompetas que anunciasen al enemigo: vasallos, criados, amigos, hermanos, hijos y hasta esposas podían ocultar un cuchillo bajo la capa y el asesinato en el corazón.

danza de dragones, el derrocador de reyes

 

Queda claro que la Guardia Real está ahí para proteger a su rey y llevar a cabo cualquier misión que este le encomiende. Si el segundo extracto no fuera suficientemente esclarecedor, basta recordar la inacción ante los abusos que Aerys cometía sobre Rhaella para ver que el rey está por encima de cualquier otra persona de sangre real:

Las relaciones entre Aerys y su esposa habían sido tensas durante los últimos años de su reinado. Dormían separados y durante el día procuraban esquivarse. Pero siempre que Aerys entregaba un hombre a las llamas, la reina Rhaella recibía una visita por la noche. El día en quemó a su Mano de la maza y la daga, Jaime y Jon Darry montaron guardia ante las puertas de su habitación mientras el rey hacía su voluntad.
“Me haces daño —oían gritar a Rhaella a través de la puerta de roble—. ¡Me haces daño!”
Por extraño que pareciera, aquello había sido peor que los gritos de Lord Chelsted.
—También juramos protegerla a ella —dijo Jaime al final, sin poder contenderse.
—Sí —reconoció Darry—, pero no de él.

festín de cuervos, jaime ii

 

De hecho, la Guardia Real ni siquiera puede criticar o juzgar la moralidad de las decisiones de su rey y es ahí, precisamente, donde se encuentra el honor de un capa blanca:

Los piromantes asaron a Lord Rickard a fuego lento: atizaban el fuego y lo aventaban para que el calor fuera homogéneo. Lo primero que prendió fue la capa; luego, el jubón, y pronto no vistió nada más que metal y cenizas. A continuación empezaría a cocerse, dijo Aerys… a menos que su hijo pudiera liberarlo. Brandon lo intentó, pero cuanto más se debatía, más le apretaba la tira la garganta. Al final, se estranguló solo.

[…]

En cuanto a Lord Rickard, el acero de su coraza se puso de color rojo cereza al final, y el oro de las espuelas se fundió y cayó goteando al fuego. Yo estuve todo el tiempo al pie del Trono de Hierro, con mi armadura blanca y mi capa blanca, pensando en Cersei. Cuando todo terminó, Gerold Hightower me llevó aparte y me dijo que mi juramento era proteger al Rey, no juzgarlo. Sí, eso fue lo que me dijo el Toro Blanco, leal hasta el último momento y, según todo el mundo, mucho mejor hombre que yo.

choque de reyes, catelyn vii

 

Si no hubiera mentido a Joffrey, su Guardia Real la habría matado a palizas.

festín de cuervos, sansa i

 

Además, conviene apuntar que ese honor implica otra cosa más: guardar silencio. Aunque nos digan que Jaime no tiene honor alguno, solo Brienne sabe que este mató a Aerys después de oír los planes que el Rey Loco reservaba para Desembarco. Esto es interesante porque, de haberlo dicho, el Matarreyes seguiría con el sambenito toda su vida entre los más honorables, pero muchos otros habrían entendido su proceder. Él, sin embargo, prefirió callar, incluso con el rey muerto y la dinastía casi extinta. ¿Qué más cosas podrían saber los guardias de Aerys que el resto de ponientis todavía no saben?

En cierta ocasión, mi hermano me enseñó un acertijo ponienti. ¿Quién lo oye todo pero no escucha nada?
—Un caballero de la Guardia Real. —La voz de Selmy era solemne.

danza de dragones, daenerys iii

 

Por supuesto, algunos guardias sí son conscientes de lo que ocurre, pero no por ello cejan en su oficio. Barristan Selmy, uno de los mejores caballeros de Poniente —y quizá por eso mismo—, nos lo cuenta así:

Barristan Selmy había conocido muchos reyes. Había nacido durante el turbulento reinado de Aegon el Improbable, tan querido por el pueblo; él lo había armado caballero. Su hijo Jaehaerys le había otorgado la capa blanca cuando tenía veintitrés años, después de que matara a Maelys el Monstruoso en la guerra de los reyes Nuevepeniques. Era la misma capa que llevaba cuando, junto al Trono de Hierro, veía como la locura consumía a Aerys, el hijo de Jaehaerys.
Estaba allí; lo veía y lo oía, y aun así no hice nada». Pero no, eso no era justo: había cumplido con su deber. A veces, por la noche, ser Barristan se preguntaba si no lo habría cumplido demasiado bien. Había pronunciado sus votos ante los ojos de los dioses y los hombres; no podía romperlos sin mancillar su honor…, aunque durante los últimos años del reinado de Aerys se fue haciendo cada vez más difícil mantenerlos.

danza de dragones, el guardia de la reina

 

Lo que las palabras del rey suponen para la Guardia Real es una orden y las capas blancas ni incumplen los votos ni desobedecen al rey. Jaime lo hizo, pero… ¿bajo qué circunstancias? La alternativa era entregar a su padre y permitir a Aerys incendiar la ciudad. Hasta el honorable Barristan tuvo dudas sobre si mantener su juramento al final del reinado del Rey Loco, como él mismo reconoce. Aunque Jaime decidiera incumplir la palabra de su rey, era completamente consciente de lo que estaba haciendo:

”Si no sois un traidor, traedme la cabeza de vuestro padre” […]. Y yo sabía qué significaba aquello.

tormenta de espadas, jaime v

 

Torre-de-la-alegría

Torre de la Alegría, por Shenky

Desde nuestro punto de vista, debemos dar por sentado que la única razón por la que estos tres caballeros se quedaron en la Torre de la Alegría fue por obedecer a Aerys y no a Rhaegar, el cual no tenía ningún poder de decisión sobre la Guardia Real. Sabemos que el Príncipe tuvo muy buenas relaciones con algunas capas blancas, como Dayne; y sospechamos que Whent e, incluso, Barristan fueron también cercanos. Pero también sabemos que Aerys, desde la Resistencia de Valle Oscuro, fue poco generoso a la hora de prestar sus espadas, al mismo tiempo que empezó a sospechar de su primogénito:

En los años que siguieron, la locura del rey se hizo más profunda. A pesar de que Tywin Lannister seguía siendo la Mano, Aerys no se reunía más con él salvo que estuvieran presente sus siete guardias de la Guardia Real.
Convencido de que el pueblo llano y los lores conspiraban contra su vida y temiendo que la Reina Rhaella y el Príncipe Rhaegar fueran parte de esos complots, cruzó el Mar Angosto hasta Pentos e importó un eunuco llamado Varys para servirle como maestro espía, razonando que solo un hombre sin amigos ni familia o lazos en Poniente podría realmente ser de confianza.

el mundo de hielo y fuego, los reyes targaryen, aerys ii

 

Visto así, quizá haya nuevas razones para pensar por qué Rhaegar, además de por la imagen melancólica que tenemos sobre él, acometía buena parte de sus viajes solo, sin protección alguna, incluso siendo el heredero y siendo muy consciente Aerys de la debilidad de su linaje, evidenciada en los numerosos abortos de Rhaella:

Viserys sólo le había hablado en una ocasión del nacimiento de Rhaegar. Tal vez lo entristecía hablar de eso.
—Lo que lo perseguía era la sombra del Refugio Estival, ¿verdad?
—Sí. Y pese a ello, era el lugar que más amaba el príncipe. Iba allí de cuando en cuando, con su arpa como toda compañía. Ni siquiera lo acompañaban los Caballeros de la Guardia Real. Le gustaba dormir en las ruinas de la sala principal, bajo la luna y las estrellas, y al regresar siempre traía una canción. Cuando uno le oía tocar el arpa de cuerdas de plata y cantar sobre ocasos, lágrimas y la muerte de reyes, tenía la sensación de que cantaba sobre sí mismo y sobre sus seres queridos.

tormenta de espadas, daenerys iv

 

Así las cosas, dentro de la concepción tradicional de R+L, resulta extraño que Rhaegar decidiera apostar tres guardias con uno de sus hijos si tenemos en cuenta que es el heredero quien aparece en la visión de los Eternos. Para él eran fundamentales los tres pero especialmente uno, Aegon, al que identifica como el Príncipe que fue Prometido en dicha escena. Y resulta también extraño que pensara que sus otros dos hijos estarían completamente seguros en la Fortaleza Roja teniendo en cuenta los sentimientos que Aerys había mostrado hacia sus nietos.

Arthur Dayne y Ned Stark

Ser Arthur Dayne y Ned Stark

Pero, después de lo que hemos visto, lo que es verdaderamente extraño es que la Guardia Real se decantara por seguir las órdenes del príncipe en vez de las del rey.

Sabemos que uno de ellos, Arthur Dayne, era un buen amigo de Rhaegar, pero también sabemos que está considerado como la quintaesencia de la caballería, así que lo más lógico y sencillo es aceptar que el mandato real estaría por encima de la amistad que le pudiese unir a su amigo: quizá sea de ahí de donde viene esa sonrisa triste que vemos en el sueño de Ned.

Otro de los presentes fue Oswell Whent, personaje del que sabemos muy poco pero del que también es sencillo encontrar conexiones con el heredero, ya que es más que posible que fuera él quien sugiriera a su hermano Lord Walter Whent patrocinar el Torneo de Harrenhal bajo la petición de Rhaegar; pero aceptamos que su juramento al rey prevalecería por encima de todo a la hora de estar allí. ¿Por qué pensamos así, a pesar de la cercanía que ambos parecen tener con Rhaegar? Por lo que Ned nos cuenta en su sueño, por el juramento, porque, como dice Dayne, no se arrodillan tan fácilmente, algo que carece de sentido si no se refieren a los votos que juran a su monarca:

—Os busqué en el Tridente —les dijo Ned.
—No estábamos allí —replicó ser Gerold.
—Si hubiéramos estado, el Usurpador lloraría lágrimas de sangre —dijo ser Oswell.
—Cuando cayó Desembarco del Rey, ser Jaime mató a vuestro rey con una espada dorada. ¿Dónde estabais entonces?
—Muy lejos —dijo ser Gerold—. De lo contrario, Aerys seguiría ocupando el Trono de Hierro, y nuestro falso hermano ardería en los siete infiernos.
—Bajé a Bastión de Tormentas para levantar el asedio —les dijo Ned—. Lord Tyrell y lord Redwyne rindieron sus pendones, y todos sus caballeros se arrodillaron para jurarnos lealtad. Estaba seguro de que os encontraría entre ellos.
—No nos arrodillamos tan fácilmente —señaló ser Arthur Dayne.
—Ser Willem Darry ha huido a Rocadragón con vuestra reina y con el príncipe Viserys. Pensé que habríais embarcado con ellos.
—Ser Willem es un hombre bueno y honrado —dijo ser Oswell.
—Pero no pertenece a la Guardia Real —señaló ser Gerold—. La Guardia Real no huye.
—Ni entonces ni ahora —dijo ser Arthur. Se puso el yelmo.
—Hicimos un juramento —explicó el anciano ser Gerold.
Los espectros de Ned se situaron junto a él, con espadas de sombras en las manos. Eran siete contra tres.
—Y esto va a empezar ahora mismo —dijo ser Arthur Dayne, la Espada del Amanecer. Desenvainó a Albor y la sujetó con ambas manos. La hoja era blanca como el vidriolechoso; la luz hacía que pareciera tener vida.
—No —dijo Ned con voz entristecida—. Esto va a terminar ahora mismo.

juego de tronos, eddard x

 

Y, sobre todo, pensamos así porque ahí aparece Gerold Hightower, apodado el Toro Blanco, comandante de la Guardia Real sobradamente conocido por la fidelidad mostrada hacia su rey y por llevar su juramento de obediencia y lealtad como bandera hasta el final; incapaz de desobedecer a Aerys o de juzgarlo porque creía en su juramento, convencido de que si hubieran estado en Desembarco el rey seguiría siendo Aerys.

Basta recordar las palabras de Jaime del extracto anterior para desterrar cualquier duda que pueda albergarse. Si Hightower estaba allí, era por orden de su rey:

Cuando todo terminó, Gerold Hightower me llevó aparte y me dijo que mi juramento era proteger al Rey, no juzgarlo. Sí, eso fue lo que me dijo el Toro Blanco, leal hasta el último momento y, según todo el mundo, mucho mejor hombre que yo.

choque de reyes, catelyn vii

 

Hasta aquí hemos demostrado que la Guardia Real de Aerys le obedecía a él y, en consecuencia, concluimos que los tres guardias que custodiaban a Lyanna en la Torre de la Alegría estaban allí por mandato del rey y no por orden de Rhaegar ni por la amistad que podría unir a algunos con éste.

Desmontando la Rebelión de Robert

Batalla-de-Tridente

Batalla del Tridente, por kallielef

Después de sembrar la duda sobre algo tan consolidado como R+L, ahora pondremos en tela de juicio la versión oficial de los prolegómenos de la Rebelión de Robert, aquella que todos hemos dado por aceptada y que no es sino la historia que los vencedores han escrito. ¿Hay motivos para dudar de ella? Si tenemos en cuenta la palabra del Maestre Yandel, lo cierto es que sí:

La verdad es conocida solo por unos pocos, muchos de los cuales han pasado el valle de los mortales y los que quedan deben mantener cuidadosamente su lengua quieta para no hablar de más. Por lo tanto la historia que se narrara a continuación es un estudio realizado a consciencia y se pone especial cuidado en separar la realidad de la fantasía, de trazar una línea divisoria entre lo que se sabe, lo que simplemente se sospecha y lo que se rumorea.

el mundo de hielo y fuego, la caída de los dragones

 

Antes de continuar conviene comentar que nuestra idea está apoyada en una teoría muy popular: Las Ambiciones Sureñas de los Stark.

Es de nuestro interés recordar que esta teoría se basa fundamentalmente en lo sospechosas que parecen varias alianzas matrimoniales llevadas a cabo por algunas de las casas más importantes de Poniente.

En el mundo que nos presenta Martin, basado en la Edad Media, los señores nobles suelen casar a sus hijos y herederos con los hijos de sus señores vasallos, pero en este caso se concertaron algunos matrimonios entre casas importantes que no tenían en común ningún vasallaje. Hablamos de casas con mucho poder que resultarían en una alianza que comprendería un territorio muy extenso y muchos apoyos. Este movimiento resultaría inquietante para los que quedasen fuera de la alianza, y especialmente para el paranoico Aerys, cuyas iniciales sospechas estaban siendo alimentadas a su vez por el veneno de las palabras susurradas por Varys, que hablaban de enemigos y más enemigos por todas partes:

Convencido de que el pueblo llano y los lores conspiraban contra su vida y temiendo que la Reina Rhaella y el Príncipe Rhaegar fueran parte de esos complots, cruzó el Mar Angosto hasta Pentos e importó un eunuco llamado Varys para servirle como maestro espía, razonando que solo un hombre sin amigos ni familia o lazos en Poniente podría realmente ser de confianza.

el mundo de hielo y fuego, los reyes targaryen, aerys ii

 

Mientras tanto, los rumores sobre las habilidades de cierto eunuco cruzaron el mar Angosto y llegaron a oídos de cierto rey. Un rey muy intranquilo que no confiaba plenamente en su hijo, en su esposa ni en su mano, un amigo de la juventud que se había vuelto arrogante y demasiado orgulloso.

danza de dragones, tyrion i

 

No es descabellado, por tanto, pensar que a Aerys le atormentaba profundamente la idea de que Rhaegar estaba confabulando en su contra y cerrando alianzas a sus espaldas con el objetivo de derrocarlo. De hecho, estos sentimientos no eran arrebatos puntuales, ya que sabemos que había tenido pensamientos similares con anterioridad:

Muchos del consejo privado estaban fuera de Valle Oscuro con la Mano, y muchos estaban en contra del plan de Lord Tywin basándose en que tal ataque podría ciertamente llevar a Lord Darklyn a asesinar al Rey Aerys.
“Tal vez si, o tal vez no”, está asentado que respondió Tywin Lannister, “pero si lo hace, tenemos un mejor rey aquí mismo”: luego levantó la mano para señalar al Príncipe Rhaegar.

[…]

Los eruditos han debatido desde entonces sobre la intención de Lord Tywin. ¿Creía que Lord Darklyn desistiría? ¿O esperaba, realmente, y tal vez quería ver morir a Aerys y así el Príncipe Rhaegar podría sentarse en el Trono de Hierro?
Nadie lo sabrá nunca, gracias al coraje de Ser Barristan Selmy de la Guardia Real […]..

[…]

Una vez que volvió a Desembarco del Rey, Su Gracia se negó a dejar la Fortaleza Roja bajo ningún concepto y permaneció como un prisionero virtual en su propio castillo durante los siguientes cuatro años, tiempo durante el cual se volvió aún más cauteloso de quienes lo rodeaban, de Tywin Lannister en particular.
Sus sospechas se extendían hasta a su propio hijo y heredero. El Príncipe Rhaegar, estaba convencido, había conspirado con Tywin Lannister para hacer que lo asesinaran en Valle Oscuro. Ellos habían planeado atacar las murallas para que Lord Darklyn lo matara, despejando el camino para que Rhaegar se sentara en el Trono de Hierro y se casara con la hija de Lord Tywin.

el mundo de hielo y fuego, los reyes targaryen, aerys ii

 

Y esta es precisamente la razón por la que Aerys, después de pasar muchísimo tiempo sin salir de la Fortaleza Roja, decidió acudir al Torneo organizado por los Whent en Harrenhal: creía que allí se reunirían con Rhaegar todas aquellas casas que formaban esta imponente alianza.

El recuerdo seguía evocándole un regusto amargo. El viejo lord Whent había anunciado el torneo poco después de una visita de su hermano ser Oswell Whent, de la Guardia Real. Con Varys susurrándole al oído, el rey Aerys se convenció de que su hijo conspiraba para destronarlo y el torneo de Harrenhal no era sino una estratagema, un pretexto para que Rhaegar pudiese reunirse con todos los grandes señores que acudieran.
Aerys, que no había puesto un pie fuera de la Fortaleza Roja desde los sucesos del Valle Oscuro, anunció inesperadamente que acompañaría al príncipe Rhaegar a Harrenhal. A partir de entonces, todo marchó mal.

danza de dragones, el derrocador de reyes

 

Creyendo que su hijo conspiraba contra él y que el torneo era una excusa para que todos se reuniesen, no sería descabellado pensar que Aerys sospechase también que la corona de rosas azules que Rhaegar dejó en el regazo de Lyanna tras vencer el torneo, significase un guiño a la causa que allí los había traído, una señal, y que probablemente en ese momento comenzase a fraguar el astuto, sucio y cruel plan que nosotros creemos que llevó a cabo.

Rhaegar-Torneo-de-Harrenhal

Rhaegar, Torneo de Harrenhal, por Paolo Puggioni

Y a eso vamos:

Si nos apoyamos en la teoría podemos pensar lo siguiente: sabemos efectivamente por una conversación que Rhaegar tenía intención de hacer algunos cambios en la política de Poniente al volver del Tridente. Esta conversación nos induce a pensar que este sentimiento se habría originado con anterioridad, no que se trataban de unos planes dichos sin pensar o por lo tensa situación; y que la mejor situación para medirle el pulso a lo que él proponía estaba en Harrenhal.

¿A qué cambios se refería, entonces, a ganarse a los Lores para sí y esperar a la muerte de Aerys o a ponerlos directamente en contra de este a cambio de permitir parte de la Ambiciones Sureñas? No lo sabemos, pero creemos que es posible que el gesto de entregar la corona de flores a Lyanna fuera en ese sentido y no en uno romántico, aunque es posible que la propia Lyanna creyera que eso significaba que había conseguido conquistar al príncipe.

De ser como pensamos, sería completamente absurdo que al año siguiente Rhaegar decidiera raptar a Lyanna y cargarse ese acercamiento: la enemistad estaría garantizada con Dorne, el Norte, Bastión de Tormentas e, incluso, el Nido de Águilas y las Tierras de los Ríos. De hecho, no creemos que se tratara de un obsequio romántico por parte de Rhaegar porque tal comportamiento no llevaría a Barristan Selmy, alguien que calla demasiadas cosas, a decir que Rhaegar sería un gran rey. Por amor se hacen grandes locuras, pero precisamente de locuras era de lo que todos estaban bastante hartos:

El príncipe Rhaegar habría ascendido al trono y quizá hubiera curado las heridas del reino […]. Jaehaerys, Aerys, Robert. Tres reyes muertos. Rhaegar, que habría sido mejor rey que ninguno de ellos.

danza de dragones, el guardia de la reina

—Era capaz —dijo el anciano tras meditar un instante—. Eso, por encima de todo. Decidido, deliberado, obediente y sincero. Se cuenta una historia sobre él… pero sin duda, Ser Jorah también la conoce.

tormenta de espadas, daenerys i

 

¿Qué historia será? En cualquier caso, podría pensarse que Barristan, como parte interesada, podría estar embelleciendo las dotes de Rhaegar para el gobierno. Por ello es fundamental recordar el inicio del fragmento del Maestre Yandel que acabamos de citar, aparecido en una obra con una triple dedicación: primero para Robert, luego para Joffrey, y por último para Tommen; partes en absoluto interesadas en saber algo bueno de los Targaryen.

Hasta ahora hemos intentado demostrar todo con argumentos basados en citas de los libros, pero como en toda buena teoría tiene que haber un momento dedicado a la especulación, siendo esta coherente con el resto de la historia y con lo que hemos propuesto hasta ahora.

¿No es llamativo que en la Guardia Real de Aerys, en el momento en el que se produjo el rapto de Lyanna, hubiese un Lord Comandante a quien llamaban el Toro Blanco, forma que adoptó Zeus para raptar a Europa en la mitología griega; y que se nos deje tan claro, como hemos podido ver en la primera parte, que fuera este completamente fiel a su rey hasta el último momento, en palabras de Jaime?

De forma semejante, es llamativo también que no fuese visto durante el secuestro de Lyanna ya que, según los testigos, parece ser que participaron siete personas —un número bastante redondo dentro de la cosmogonía de la saga—, de las cuales reconocemos solo a tres: el propio Rhaegar, Arthur Dayne y Oswell Whent (información extraída de la aplicación para smartphones El Mundo de Hielo y Fuego elaborada por Elio García y Linda Antonsson, que puede consultarse en Hielo y Fuego-Wikia).

Rhaegar-Targaryen

Rhaegar, por Adauchi69

Del mismo modo, es importante recordar que la nobleza de Poniente se reconoce por sus blasones: son sus símbolos y los ropajes que los portan los que los identifican, saber que se inculca incluso en juegos de niños de alta cuna, como lo es “Ven a mi Castillo”; y que Podrick Payne saca a relucir cuando Oberyn acude con su séquito a Desembarco del Rey.

A partir de esto nos preguntamos: con lo que a Martin le gustan los guiños a la historia, demostrarnos la parcialidad de las leyendas, los mitos y la propia historia…

¿Y si Aerys, en su afán por tirar por tierra los planes de su hijo, decidiera ordenarle a Hightower ponerse una armadura con los blasones Targaryen, ser acompañado por los hombres más cercanos a su hijo y raptar a Lyanna?

Así, cualquier posible acercamiento entre el príncipe y los Lores de Poniente se iría al traste y, a pesar de ser una mala acción, el Toro Blanco mostraría su inquebrantable lealtad.

Y avanzando un poco: ¿sería Aerys capaz de secuestrar a Lyanna y violarla? Juzgad vosotros mismos:

Le daba vueltas la cabeza. «Es por el calor que hace aquí, por el veneno que tengo en la sangre, por la fiebre. No soy yo mismo.»
—Cuando los grifos danzarines perdieron la batalla de las Campanas, Aerys lo exilió. —«¿Por qué se lo estoy contando todo a esa cría fea?»

[…]

Todo se hizo en el mayor de los secretos, se encargaron un puñado de maestros piromantes. Ni siquiera confiaron en sus acólitos para que los ayudaran. Los ojos de la reina llevaban años cerrados y Rhaegar estaba muy ocupado reuniendo un ejército. Pero la nueva Mano de Aerys, la maza y la daga, no era idiota del todo, y al ver las idas y venidas constantes de Rossart, Belis y Garigus, empezó a sospechar. Chelsted, se llamaba Chelsted. Lord Chelsted. —Lo había recordado de repente, mientras narraba la historia—. Hasta entonces me había parecido un cobarde, pero el día que se enfrentó a Aerys tuvo que reunir mucho valor.
Hizo todo lo que pudo para disuadirlo. Razonó, bromeó, amenazó y, por último, suplicó. Al no lograr nada, se arrancó la cadena del cargo y la tiró al suelo. Aerys lo quemó vivo como castigo, y colgó la cadena del cuello de Rossart, su piromante favorito. El hombre que había cocido a Lord Rickard Stark dentro de su armadura. Y yo lo vi todo, siempre al pie del Trono de Hierro, con mi armadura blanca, quieto como un cadáver, guardando a mi señor y sus bonitos secretos.
De manera que lo oí todo. —Recordaba cómo brillaban los ojos de Rossart cuando desplegaba los mapas para señalar dónde había que poner la sustancia. Garigus y Belis eran iguales—. Rhaegar se enfrentó a Robert en el Tridente, y ya sabéis qué pasó. Cuando la noticia llegó a la Corte, Aerys envió a la reina a Rocadragón con el príncipe Viserys. La princesa Elia tendría que haber partido también, pero él lo prohibió. Se le había metido en la cabeza que el príncipe Lewyn había traicionado a Rhaegar en el Tridente, pero creía que sólo conservaría la lealtad de Dorne mientras retuviera a su lado a Elia y a Aegon.
—Esos traidores quieren mi ciudad —le oí decirle a Rossart—, pero sólo encontrarán cenizas. Que Robert reine sobre un montón de huesos chamuscados y carne calcinada.

tormenta de espadas, jaime v

 

¿Y qué razones llevarían a Aerys a violar a Lyanna? Hemos indicado anteriormente que estamos en la parte especulativa del ensayo, así que mezclad la famosa crueldad del rey, que por si sola ya sería razón suficiente para creerlo posible, la venganza y la humillación a una casa como la Stark (si en algún momento se llegaba a saber la verdad) y la conocida locura del monarca y no os faltarán argumentos.

Las consecuencias

Aerys-II-el-Rey-Loco

Aerys, por Oscarzilla

De las dos primeras partes de nuestro ensayo concluimos:

  • Que la Guardia Real de Aerys le obedecía a él y, por tanto, proponemos que los tres guardias que custodiaban a Lyanna en la Torre de la Alegría estaban allí por mandato de este y no por orden de Rhaegar ni por la amistad que podría unir a algunos con él.
  • Y además propusimos que la paranoia que sentía Aerys pudo llevarle a ordenar el secuestro de Lyanna para culpar a su heredero y que este cosechase enemigos y no aliados.

Con el rapto, Aerys cargaría de culpa a Rhaegar, forzando que los Lores dejasen de confiar en su palabra –si confiaban en ella o no en realidad es lo de menos, mientras les dejara seguir adelante.

Bajo estas conclusiones, podría entenderse la desproporcionada dureza con la que juzgó a los Stark o que pidiera la cabeza de Ned, hermano de Lyanna, y la de Robert, el prometido de la joven loba. ¿Por qué la de Robert? Si tenemos en cuenta que el padre del futuro rey era primo y amigo de la infancia del Rey Loco y que había muerto en una misión —encontrar una consorte adecuada para Rhaegar— encomendada por el mismo rey, es difícil explicarlo desde R+L.

¿Qué hizo Rhaegar, entonces, durante el tiempo que estuvo desaparecido? Pensamos que en vez de estar con Lyanna en la Torre de la Alegría, el Príncipe erraría por Poniente buscándola.

Esta versión de los hechos explicaría por qué no salió ningún cuervo desde la Torre de la Alegría. Si pensamos que fue Rhaegar quien, por amor o por la necesidad de tener un nuevo hijo, se fugó con o raptó a Lyanna, este es un detalle inexcusable, pues quizá hubieran sido muchas las desgracias que podrían haberse evitado, sobre todo si Lyanna accedió a ir con él. Pero si pensamos que fue Aerys el culpable, lo cierto es que esta situación es lógica, porque Lyanna no le interesaba lo más mínimo, era solo un medio para un fin: la mantuvo oculta y protegida, la encerró para que no pudiese escapar, para que nadie pudiese entrar ni salir y para que Rhaegar no pudiese rescatarla y así evitar que lo contase todo.

Lo único que quería Aerys era fastidiar a su hijo. Y no es casualidad que escogiera la Torre de la Alegría, uno de los lugares favoritos de su primogénito, ni tampoco a dos de los guardias más cercanos al Príncipe, pues a simple vista las culpas irían a parar a este.

Rhaegar podría haber hablado, sí, podría haber contado al mundo lo que su padre estaba haciendo; pero no tenía prueba alguna que aducir si no conseguía recuperar a Lyanna. De hecho, es posible que Rhaegar se oliera lo que había hecho su padre y por eso sentenciara que cuando volviera del Tridente habría cambios.

Las siguientes palabras de Ser Jorah adquieren entonces un nuevo matiz; y aunque, por supuesto, es más que probable que este no sepa nada al respecto, no dejan de ofrecerse a una doble lectura:

Rhaegar luchó con valentía. Rhaegar luchó con nobleza. Y Rhaegar murió.

danza de dragones, daenerys v

 

Del mismo modo, encontraríamos ahí la razón a por qué Eddard no guardaba un rencor ni siquiera implícito –es decir, en sus pensamientos- sino más bien indiferencia hacia Rhaegar y por qué la promesa que le hizo a Lyanna le atormentaba tanto:

Recordó las promesas que le había hecho a la moribunda Lyanna y el precio que había pagado por mantener su palabra.

juego de tronos, eddard x

 

Rhaegar quedaría exculpado, mientras que Eddard se tendría que hacer cargo del bastardo del hombre que mató horriblemente a su padre y a su hermano. Siempre habíamos pensado que esta promesa de Ned a Lyanna se refería a proteger la identidad de su hijo como hijo de Rhaegar y, sin duda, es una promesa importante, pero quizá no tanto como para ocultar la verdad a Catelyn y obligarla a sufrir una vida entera de humillación por algo que su marido en realidad no había cometido. ¿Acaso Ned no podía confiar en su amante y fiel esposa? ¿Podría Ned confiar más en alguien? Si asumimos que los acontecimientos tuvieron lugar como hemos propuesto, la importancia y la explicación de por qué mantuvo el secreto estarían mucho más claras y, creemos, mejor justificadas.

Pero en la versión propuesta, no sería fácil para Catelyn asumir que ese niño sea el hijo de aquel que asesinó horriblemente a tu prometido, al que todavía tenía idealizado a la llegada de Eddard a Invernalia con el niño en brazos.

¿Y de verdad era tan espantoso querer una esposa bonita? Recordó la decepción infantil que había sufrido la primera vez que vio a Eddard Stark. Se lo había imaginado como a su hermano Brandon en joven, pero estaba equivocada. Ned era más bajo y tenía un rostro más corriente, además, siempre parecía sombrío. Cuando hablaba era cortés, pero bajo las palabras se percibía una frialdad que no tenía nada que ver con Brandon, cuyas carcajadas retumbaban tanto como sus accesos de rabia. Hasta cuando la tomó por primera vez, en su amor había más deber que pasión.

tormenta de espadas, catelyn v

 

Y desde luego, para Ned no sería fácil confesar a nadie que el niño al que has criado como bastardo tuyo es en realidad hijo de Aerys II el Rey Loco, aquel que asó a tu padre y mató a tu hermano, fruto de una violación/es a tu única hermana tras un largo secuestro en el que además pereció tras dar a luz, consumida por el dolor, pero con una muerte en paz, dulce, gracias a que su hermano había respondido sí a aquello de… Prométemelo Ned.

Ned-Stark-Lyanna-Stark

Promételo Ned, por Delaney02

Conclusiones

No pretendemos que se acepte sin más lo que contamos, lo que queremos es destacar las evidencias (porque están ahí) que apoyan la participación de Aerys en los hechos relatados, porque explican mejor, desde nuestro punto de vista, incógnitas clave en este asunto, como la presencia de la Guardia Real en la Torre de la Alegría; y daría explicación al rapto o huída de Rhaegar y Lyanna, que en la versión tradicional queda algo descolgado si aceptamos la teoría de las Ambiciones Sureñas. ¿Qué sentido tendría que el príncipe de Rocadragón cerrase alianzas para después mandarlo todo al traste con un secuestro/huída por amor?

Nosotros proponemos la idea de que la Guardia Real estaba bajo las órdenes de Aerys y de alguna manera nos vemos en la obligación de cerrar la teoría y lo hemos hecho con el relato de cómo creemos que pudo haber pasado y con unas consecuencias. Pero lo que realmente nos importa es la posibilidad de que todo fue movido por Aerys para desprestigiar a su hijo, del que creía que poco a poco se haría con el poder para terminar derrocándolo o incluso asesinándolo. Puede haber sucedido como nosotros proponemos o no, pero pensando en Aerys como responsable, las cosas pueden ser diferentes y se abren caminos que antes estaban descartados.

Uno de ellos, por ejemplo: ¿y si el gran “amigo” de Rhaegar, Arthur Dayne, llevado por su sed de vengar la deshonra de los Stark hacia su hermana Ashara fue partícipe junto con Aerys de toda esta trama? ¿Y si participó además de otra manera?

Comentario de los autores

Nos gustaría despedirnos añadiendo que, pese a lo loca que pueda resultar la teoría, nosotros creemos que es totalmente coherente con la información que tenemos sobre el mundo de Martin y somos conscientes tanto de los agujeros que presenta como de los detalles, omisiones o dobles lecturas que nos han dado que pensar.

No obstante, si aun así confiamos en ella es porque todas las teorías que conocemos sobre los sucesos que hemos comentado tienen sus lagunas, pero precisamente por eso se trata de teorías y no de leyes.

Antes de tildarnos, como mínimo, de zumbados, pensad un poco y asimilad lo que proponemos: sabemos que estamos yendo en contra de ideas que están muy asumidas y a nosotros también nos costó dar el salto, pero desde que pensamos en ello nos obsesiona y nos atrapa. Nos encantaría que la criticarais con fundamento y que, os guste o no, hicieseis de abogados del diablo si tuvieseis que defenderla.

En cualquier caso, nuestro objetivo no es que la creáis a pies juntillas, sino ofreceros una nueva forma de ver las cosas desde la que, con suerte, podáis partir para llegar a nuevas conclusiones por vuestra cuenta y, por supuesto, que nos las contéis. Al fin y al cabo, ¿no sería divertido que Martin nos sorprendiese una vez más con algo que creemos asumido?

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